Atendido por enfermeras jubiladas voluntarias que han recibido formación por parte de neurólogos
VALENCIA 29 NOV. (AVAN).- El misionero valenciano Miguel Hernández Rueda ha puesto en marcha en la diócesis chilena de Copiapó, donde ejerce su labor desde hace cuatro años, un servicio parroquial de atención a personas con la enfermedad de Alzheimer, que desarrolla con la colaboración de un grupo de voluntarias, la mayoría enfermeras jubiladas.
Esta iniciativa “es pionera en la ciudad de Vallenar”, donde se sitúa la parroquia Inmaculado Corazón de María, según indica el párroco, Miguel Hernández, sacerdote natural de Utiel, que comenzó este proyecto antes de la pandemia, con la formación de voluntarios por parte del Servicio de Neurología de un hospital cercano y varias sesiones con enfermos, y tuvo que ser suspendido a causa de la pandemia.
En la actualidad “hemos retomado el proyecto, adaptado a la situación sanitaria, enviando mensajes de ánimo por WhatsApp a las familias y en cuanto sea posible continuaremos con los talleres y la acogida a enfermos de forma presencial”, asegura.
El objetivo es “abrir las puertas de la parroquia a personas que sufren la enfermedad de Alzheimer, cada vez más extendida y que requiere de mucha ayuda para los enfermos y también para sus familias”, detalla el misionero, que añade que prestan atención a ocho feligreses que sufren esta dolencia.
De esta forma, “gracias al grupo de voluntarios, formados previamente para saber cómo tratar esta enfermedad, realizaremos próximamente, cuando lo permita la pandemia, talleres y actividades en los locales parroquiales tres veces por semana”, señala Hernández, que subraya que estas personas y sus familias “necesitan mucho apoyo emocional y la Iglesia tiene que ayudarlas”.
Ayuda de la Fundación Ad Gentes
Después de ejercer su labor pastoral como párroco en Valencia durante 21 años, en la parroquia Santa Teresa Jornet, Miguel Hernández regresó a Chile en 2017, donde ya fue misionero durante seis años tiempo atrás.
De nuevo en Chile, Hernández continuó la labor realizada en la parroquia Inmaculado Corazón de María por el misionero valenciano Juan Sanchis, ya jubilado, quien abrió el centro ´Mi pequeño hermano` que atiende a 30 personas con discapacidad o en riesgo de exclusión social. Se trata de “un lugar con mucho reconocimiento en la ciudad y que cuenta con el apoyo de empresas y comercios”, dice Hernández, que lo dirige.
Precisamente este centro fue visitado por el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, en julio de 2019, en su recorrido por misiones en Chile, Perú y Ecuador, y cuenta con la colaboración de la Fundación Ad Gentes del Arzobispado de Valencia, que también ha prestado ayuda al misionero para construir un velatorio en la parroquia San José Obrero, también en la ciudad de Vallenar, de la que es administrador parroquial.
La parroquia San José Obrero está formada por siete capillas y “además del velatorio habilitamos una sala de estar para familias y un patio para fumadores, y ahora estamos terminando una sala de eventos para que los niños puedan celebrar cumpleaños”, todo ello con las aportaciones de la Fundación Ad Gentes.
Copiapó “es una diócesis hermana ya que por ella han pasado muchos misioneros y religiosas procedentes de Valencia y también allí están presentes las Hermanitas de los Ancianos Desamparados”, cuya casa general está en la capital del Turia, “y han dejado su huella las Obreras de la Cruz y las Esclavas de María Inmaculada”, concluye.
Para poder colaborar con donaciones destinadas a los proyectos que desarrolla Miguel Hernández en Chile la Fundación Ad Gentes ha habilitado la cuenta en Banco Sabadell ES74 0081 5515 2900 0261 7863. Para más información se puede acudir a la propia sede de la Fundación en la calle Avellanas 22 de Valencia, llamar al teléfono 963922412 o enviar un correo electrónico adgentes@fundacionadgentes.org.
Fotografías: Arriba, el misionero Miguel Hernández, en una reciente visita a Valencia (Firma: Víctor Gutiérrez). Abajo, foto de archivo en la diócesis chilena de Copiapó.