Cuando en una familia, después de un tiempo difícil, nace un nuevo ser, renace la esperanza. Gracias a esa criatura se reencuentra la ilusión por la vida, se halla una motivación para seguir luchando y se recuperan las fuerzas que nos permiten superar las dificultades que nos vamos encontrando en el camino de la vida.

Un any més celebrem la festa del naixement de Jesús. No ha sigut un any fàcil per a la humanitat: en alguns llocs viuen es situació de guerres que sembla que no s’acaben mai. El altres n’han començat de noves. Certs canvis polítics en alguns països desperten preocupacions pel futur del cristianisme. La llibertat de les persones està constantment amenaçada en el nostre món. La família humana no acaba de trobar els camins que la poden conduir a la justícia i la pau. Tampoc per als valencians ha sigut un any fàcil. Hem viscut moments en els que hem vist i compartit, sentint-nos una família, el sofriment d’aquells que han perdut alguns sers estimats, cases o treball.

Y en estas circunstancias, cuando estamos ya a punto de finalizar este año, de nuevo celebramos el nacimiento de Jesús, el Hijo eterno del Padre que, al entrar en el mundo, se ha hecho hermano de todos y cada uno de nosotros, compartiendo nuestra historia, nuestras alegrías y esperanzas, nuestras tristezas y sufrimientos. Celebramos el nacimiento de alguien que pertenece a toda la familia humana, a quien todos consideramos como un hermano. La alegría que sentimos estos días es la que se vive en cualquier familia cuando nace un nuevo miembro y, por ello, se afronta el futuro con esperanza. En el nacimiento de Cristo la humanidad encuentra motivos y fuerzas para mirar hacia el futuro y luchar por un mundo mejor.

En estos moments de dificultats hem vist tot allò de bo que n’hi ha en el cor de les persones: la capacitat d’estar al costat dels qui pateixen, el desig de fer-nos servidors els uns dels altres per amor, la força per a ajudar a aquells que més ho necessiten, la solidaritat més autèntica i vertadera, que és la d’aquells que s’obliden dels seus interessos i posen a la persona necessitada en el centre del seu compromís. En tots els voluntaris hem vist com s’ha sembrat esperança. Jesús ens ensenya el camí per a poder alçar-nos i afrontar el futur: que les dificultats no ens porten a la insolidaritat, que les diferències no ens porten al enfrontaments, que les perspectives distintes a l’hora d’afrontar els problemes no perjudiquen als més necessitats, que els propis interessos no ens porten a deixar de lluitar pel bé comú.

Este año, aunque para muchos externamente la navidad no será como otros años, tenemos, más que nunca, motivos para celebrar el nacimiento de Jesús, porque lo necesitamos para reencontrar la esperanza como Iglesia y como sociedad; porque, a las puertas del jubileo del año 2025, nos sentimos llamados a ser sembradores de esperanza; y porque nuestro mundo está más necesitado de una palabra que nos ayude a mirar el futuro sin dejarnos vencer por el pesimismo. Y esa palabra la encontramos en Cristo. Per això vos vull dir: BON NADAL. FELIZ NAVIDAD.

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