El Arzobispo Cañizares pide a sacerdotes y párrocos “encarecidamente el mandamiento principal de la caridad, que conlleva necesariamente proteger la vida humana y su salud”
Archidiócesis de Valencia, 2 mayo.- El Arzobispado de Valencia informa hoy de las medidas de prevención en los templos de la Archidiócesis de Valencia para la celebración del culto público durante la desescalada en tiempo de pandemia, tras las propuestas por la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Española.
El Arzobispo de Valencia, Cardenal Antonio Cañizares, pide a los sacerdotes, en particular los párrocos, “os ruego encarecidamente por el mandamiento principal de la caridad, que conlleva necesariamente proteger la vida humana y su salud, que tengáis en cuenta estas disposiciones a partir del próximo lunes 11 de mayo; del mismo modo os pido que preparéis durante esta semana vuestros templos para que puedan ser observadas dichas disposiciones”.
Las medidas se concretan en las siguientes disposiciones:
1. Fases de aplicación
Fase 1 (a fecha de este escrito, empezaría el 11 de mayo de 2020, lunes):
Se permite la asistencia grupal, pero no masiva, a los templos sin superar el tercio del aforo, con Eucaristías dominicales y diarias.
Fase 2 (probablemente empezaría el día 25 de mayo, lunes): Restablecimiento de los servicios ordinarios y grupales de la acción pastoral con los criterios organizativos y sanitarios –mitad del aforo, higiene, distancia de seguridad– y medidas que se refieren a continuación.
Fase 3: Vida pastoral ordinaria que tenga en cuenta las medidas necesarias hasta que haya una solución médica a la enfermedad.
2. Disposiciones de carácter general
Según las indicaciones recibidas, comenzará la aplicación de estas medidas a partir del lunes 11 de mayo. Será necesaria una evaluación continuada que permita valorar su puesta en práctica y modificación en las situaciones que sea necesario, teniendo en cuenta lo que la autoridad sanitaria disponga en cada momento.
Ante esta circunstancia, prorrogamos la dispensa del precepto dominical, invitando a la lectura de la Palabra de Dios y a la oración en las casas, pudiendo beneficiarse de la retransmisión a través de los medios de comunicación para quien no pueda acudir al templo. También, se ruega encarecidamente que las personas mayores, enfermas o en situación de riesgo valoren la conveniencia de seguir las celebraciones por los medios audiovisuales, no saliendo, por tanto, de sus domicilios. Estas personas pueden solicitar al párroco que se les lleve la comunión a sus hogares, por medio del párroco o de ministros extraordinarios, teniendo en cuenta las medidas de seguridad establecidas.
El período de tiempo para que se dé el cumplimiento del tercer mandamiento de la Iglesia de comulgar por Pascua de Resurrección, se amplía extraordinariamente hasta la Solemnidad de San Pedro y San Pablo (29 de junio). La Iglesia quiere que comulguemos en la Pascua de la Resurrección porque es la fiesta más importante para nosotros los cristianos, es la que nos recuerda el día en que resucitó Jesucristo nuestro Redentor. El centro de la vida de la Iglesia es la Eucaristía, la presencia real de Cristo entre nosotros. La Iglesia une, por ello, los dos acontecimientos centrales para nuestra fe: Resurrección y Eucaristía. Si existiera pecado mortal, hay obligación de acercarse antes a la Confesión.
Se establece el aforo máximo de los templos (1/3 en la primera fase y 50% del aforo en la segunda) y la obligación de respetar la distancia de seguridad.
Se recomienda que en el templo los fieles hagan uso de mascarilla con carácter general y, si es posible, también de guantes.
Las pilas de agua bendita continuarán vacías.
Las puertas de las iglesias se mantendrán abiertas a la entrada y salida de las celebraciones para no tener que tocar manillas o pomos.
Si una cancela engloba dos puertas, sería útil indicar que una es para entrar y otra para salir. Es conveniente señalizar en el interior del templo la manera de desplazarse de los fieles. A ser posible, los pasillos deberían tener un solo sentido de desplazamiento. También ayudaría el marcar la distancia de seguridad en el pavimento para organizar la fila de la Comunión.
Es necesario la desinfección frecuente (en la medida de lo posible) del templo, bancos, objetos litúrgicos, etc., según las recomendaciones del cuidado de los bienes culturales que se indican en un anexo al final de estas disposiciones.
Es muy conveniente que cada feligrés lleve su propio gel hidroalcohólico para que se desinfecte las manos a la entrada y salida del templo.
No se deben permitir visitas turísticas a los templos y museos en las fases 1 y 2 de la desescalada.
3. Disposiciones específicas
3.1 En relación a la Eucaristía
1. Allí donde sea necesario y posible, se puede aumentar el número de celebraciones eucarísticas, a fin de que todos los fieles puedan celebrar la Eucaristía manteniendo el aforo permitido, dispensando en este caso, por circunstancias tan extraordinarias y en favor de la salvación de las almas, del canon 905. Es muy conveniente usar la nave principal para la celebración de todas las Misas ya que permite mejor guardar la distancia física adecuada entre personas, dejando la capilla de la Comunión sólo para la oración personal.
2. Es muy recomendable para evitar el contacto entre los niños y las personas mayores que puede dar ocasión a un mayor riesgo de transmisión del virus, según indican las autoridades sanitarias, que en los domingos y días de precepto hubiese una misa sólo para los niños con sus padres.
3. Organizar, con personas responsables voluntarias, la apertura y cierre de las puertas de entrada al templo, la distribución los fieles en los bancos (únicamente las personas que convivan en el mismo domicilio pueden sentarse juntas), el momento de la Comunión y la salida de la iglesia al finalizar, respetando la distancia de seguridad, evitando agrupaciones de personas en la puerta.
4. Evitar, si no es posible mantener la distancia de seguridad, los coros de canto en la parroquia: se recomienda mantener un solo cantor o algunas voces individuales y algún instrumento. No habrá hoja de cantos ni se distribuirán pliegos con las lecturas o cualquier otro objeto o papel.
5. El cestillo de la colecta no se pasará durante el ofertorio, sino que el servicio de orden lo ofrecerá a la salida de la misa, siguiendo los criterios de seguridad señalados. (Si no es posible, se colocará en un sitio visible y se informará de ello). Sería muy conveniente, en este sentido, fomentar el donativo domiciliado a través del portal dono a mi Iglesia: www.donoamiiglesia.es
6. No se debe hacer procesión de ofrendas.
7. El cáliz, la patena y los copones, estarán cubiertos con la palia durante la celebración eucarística.Los vasos sagrados y otros elementos de orfebrería que se utilizan en la Eucaristía, se podrán desinfectar con una solución de alcohol a 70% o limpiándolos empleando un jabón neutro, secando bien toda la superficie al finalizar la limpieza. Se recomienda no utilizar en este periodo piezas significativas, de este modo evitamos una limpieza más incipiente sobre estos bienes. De igual modo estas indicaciones se hacen extensibles a los ornamentos litúrgicos textiles de mayor relevancia, para evitar tener que proceder a una desinfección que pueda alterar su estado. Es por ello, que se recomienda el uso de ornamentos sencillos, así como evitar el uso por diversos sacerdotes o ministros de la misma indumentaria.
8. El sacerdote celebrante desinfectará sus manos antes de empezar la misa, antes de distribuir la comunión, y después de distribuir la comunión. Los demás ministros de la comunión (si el sacerdote es mayor conviene que la distribuya un ministro extraordinario de la comunión) antes y después de distribuir la comunión. Sacerdotes y ministros cuando distribuyan la comunión usarán mascarilla o pantalla protectora facial.
9. El saludo de la paz, se sustituye por un gesto evitando el contacto directo.
10. El diálogo individual de la comunión (el sacerdote dice: “El Cuerpo de Cristo”. El feligrés responde: “Amén”), se pronunciará de forma colectiva después de la respuesta “Señor no soy digno…”, distribuyéndose la Eucaristía en silencio tanto por parte del sacerdote o ministro como por parte del feligrés que la recibe.
11. La comunión se recibirá en la mano. Durante la pandemia, se evitará el uso de reclinatorios (estos no permiten la desinfección tras el uso de un feligrés si a continuación se arrodilla otro sin solución de continuidad).
12. Los niños que vienen a la comunión, pero no comulgan, si hay costumbre, son bendecidos sin tocarlos.
3.2 En relación al Bautismo:
1. Utilícese el Rito breve.
2. En la administración del agua bautismal, hágase desde un recipiente al que no retorne el agua utilizada, evitando cualquier tipo de contacto entre los bautizandos.
3. En las unciones se debe utilizar un algodón o bastoncillo de un solo uso, incinerándose al terminar la celebración.
3.3 En relación a la celebración del sacramento de la Reconciliación y los momentos de escucha de los fieles
1. Evitar el uso del confesionario. Se ha de escoger un espacio amplio (quizás lo ideal una capilla lateral o la de la comunión). El penitente, salvo fuerza mayor por enfermedad o vejez, debería confesar de pie (siempre al sentarse y levantarnos solemos tocar los bordes del asiento y esto obligaría a desinfectar el asiento después del uso de cada penitente). Por la misma razón, evítese el reclinatorio, pues el siguiente feligrés no debe tocar lo que ha tocado el anterior.
2. Mantener la distancia de seguridad asegurando la confidencialidad (una pantalla de metacrilato o material similar entre confesor y penitente protegería mejor a ambos y por tanto debería usarse). Tanto el fiel como el confesor deberán llevar mascarilla si no hubiese una pantalla de separación entre ambos y guardar la distancia de seguridad.
3. Es muy importante y más en estas circunstancias, que los feligresas tengan conocimiento cierto de un horario suficiente para poder llevar a cabo estas confesiones.
3.4 En relación a la Confirmación:
1. La imposición de manos antes de la Crismación se hará desde la sede, sin contacto físico.
2. En la Crismación se deben usar guantes para imponer la mano y realizar la unción. Se debe desinfectar con gel hidroalcohólico el celebrante principal antes de imponer la mano y ungir a cada confirmando. Durante la crismación use mascarilla el celebrante principal y el confirmando y también el padrino que lo presenta (que sólo haya un padrino o una madrina en estas circusntancias)
3.5 En relación al Sacramento del Matrimonio:
1. Los anillos, arras, etc., deberán ser manipulados exclusivamente por los contrayentes.
2. Manténganse la debida prudencia en la firma de los contrayentes y los testigos, así como en la entrega de la documentación correspondiente. Después, los que firman y el celebrante principal deben usar el gel hidroalcohólico.
3.6 En relación a la Unción de Enfermos:
1. Utilícese el Rito breve.
2. En la administración de los óleos debe utilizarse un algodón o bastoncillo como se ha indicado anteriormente.
3. Los sacerdotes muy mayores o enfermos no deberían administrar este sacramento a personas que están infectadas por coronavirus.
4. En todo caso, obsérvense las indicaciones de protección indicadas por las autoridades sanitarias correspondientes.
3.7 En relación a las Exequias de difuntos:
1. En los funerales y las exequias se seguirán los mismos criterios que en lo dispuesto para la Eucaristía.
2. Aunque sea difícil, en esos momentos de dolor, se debe insistir en evitar aquellos gestos de afecto que implican contacto personal y procurar mantener la distancia de seguridad.
3.8. Visitas a la Iglesia para la oración o adoración del Santísimo
1. Seguir las pautas generales ofrecidas, evitando la concentración y señalando los lugares para la oración y la adoración.
2. Cualquier acto de veneración de las imágenes sagradas ha de hacerse con gestos que no conlleven contacto físico.
4. Utilización de dependencias parroquiales para reuniones o sesiones formativas
1. En la segunda fase, las reuniones en dependencias parroquiales seguirán las pautas utilizadas para las reuniones culturales previstas por el Ministerio de Sanidad, que no pueden superar un máximo de 1/3 del aforo, ni un máximo de 50 personas, respetando la distancia de seguridad y la utilización de mascarillas.
2. En la tercera fase, el aforo pasa a ser de la mitad de la capacidad del local, en las mismas condiciones de distancia de seguridad y utilización de mascarillas.
DOCUMENTOS
* Disposiciones de carácter de general (PDF)
* Disposiciones para los sacramentos (PDF)