Los beneficiarios del proyecto pertenecen a los estratos más pobres de la población y viven en barrios deprimidos de Puerto Príncipe
Promueve la continuidad del taller abierto por la misionera catalana Isabel Solá, de la congregación Jesús-María, que fue asesinada en 2016Manos Unidas trabaja en Haití desde hace más de 40 años en los sectores de seguridad alimentaria, nutrición y producción agropecuaria, acceso a agua y saneamiento, salud y educación. Desde la delegación valenciana de la ONG desarrollan actualmente un proyecto que facilita prótesis a personas con discapacidad en Puerto Príncipe
Con esta iniciativa, Manos Unidas promueve la continuidad del Taller San José puesto en marcha en 2011 por la misionera catalana Isabel Solá Matas, de la congregación Jesús-María, que fue asesinada en 2016 en Haití, que vivió en Valencia seis años en los que estudió Magisterio y dio clases en el colegio Jesús-María.
El terremoto de 2010 marcó un antes y un después puesto que la ONG católica incrementó su presencia en Haití. A esto, se añaden diferentes situaciones como huracanes, crisis de repatriados o la pandemia, que han provocado una gran emergencia sanitaria y asistencial.
Entre los países del Caribe, Haití es el que tiene el mayor número de personas con discapacidad física: 800.000 personas según se estimaba tras el seísmo en 2010, aunque no existen cifras oficiales o fiables, y el número no deja de incrementarse.
A la gran cantidad de personas que quedaron amputadas tras el terremoto se añaden otras víctimas de amputación por accidentes de tráfico (normalmente de moto) por la mala condición de las carreteras y del transporte público, o los altos índices de población con diabetes y la falta de atención médica, en general.
PRÓTESIS Y ÓRTESIS, AL ALCANCE DE TODOS
Por todo ello, Manos Unidas Valencia desarrolla un proyecto en la capital, Puerto Príncipe, para que las prótesis y órtesis lleguen a más personas con discapacidad física.
“Cada día aumenta el número de personas que las necesitan. Los niños menores de 10 años son los que más necesitan plantillas, corsés y correctores de piernas arqueadas debido al raquitismo y a la falta de vitaminas por una deficiente alimentación”, explican desde la delegación valenciana de Manos Unidas.
Cabe recordar que más de la mitad de su población sufre pobreza o pobreza extrema. “El empleo no es suficiente para sacarles de la pobreza porque un 45% de los trabajadores gana menos de 1,25 dólares al día y se prevé que esta situación vaya en aumento”, comentan. “Las personas afectadas por la amputación no tienen posibilidad de buscarse la vida y acaban dependiendo de la caridad y la mendicidad”.
TALLER ABIERTO POR LA RELIGIOSA ISABEL SOLÁ, ASESINADA EN 2016
Esta necesidad la vio la hermana Isabel Solá, de la congregación de Jesús-María, quien, tras el terremoto, decidió poner en marcha en 2011 el Taller de San José, en Puerto Príncipe, para suministrar prótesis a tantísimas personas que lograron sobrevivir, pero quedaron mutiladas.
Desde entonces, este taller ha estado funcionando y dando un servicio integral a la comunidad de dentro y fuera de la capital de Haití.
En 2016, el asesinato de la hermana Solá supuso un golpe muy duro para su congregación y para la continuidad del taller. A pesar de ello, gracias al esfuerzo de sus trabajadores y de la congregación, el taller intenta superar las dificultades.
GARANTIZAR LA CONTINUIDAD
El proyecto que lleva a cabo Manos Unidas Valencia, de 12 meses de duración, tiene como objetivo garantizar la continuidad de una iniciativa anterior de la ONG y aumentar la calidad del servicio para atender a más pacientes en el Taller San José.
“El estado haitiano no da ayudas a estos afectados que carecen de recursos para adquirir prótesis y órtesis que mejorarían su calidad de vida y les ayudaría a integrarse en el mercado laboral, si bien se cuenta con el apoyo de la Oficina del Secretariado para Personas con Discapacidad, que envía pacientes, y se hace cargo de los costes de aduana y de los cursos de capacitación para pacientes”, afirman desde la ONG.
Además, se ha redactado con Médicos Sin Fronteras un convenio de colaboración para la ayuda mutua en la mejora de la calidad de vida de los beneficiarios del proyecto.
El problema principal es la dificultad que tienen las personas con discapacidad motora para acceder a los recursos terapéuticos necesarios como prótesis, órtesis, fisioterapia o cuidados psicológicos.
Las causas son la escasez de ayudas gubernamentales y la deficiente atención hospitalaria. Esto suele provocar en las víctimas dolor crónico, ansiedad, depresión y trastornos postraumáticos, además de grave dificultad para reinsertarse en la sociedad y realizar actividades generadoras de ingresos. El proyecto de Manos Unidas incluye todo el proceso que necesitan las personas con discapacidad.
BENEFICIARIOS: LOS MÁS POBRES
Los beneficiarios del proyecto pertenecen a los estratos más pobres de la población. Viven en los barrios más deprimidos de Puerto Príncipe y no tienen recursos para adquirir una prótesis a precio de mercado que les permita mejorar su calidad de vida.
La iniciativa beneficiará directamente a 345 personas (2.070 si contamos a los familiares directos) y contempla la provisión de prótesis, programas de fisioterapia y acompañamiento psicológico.
Manos Unidas contribuirá con un 80% del presupuesto, destinado fundamentalmente a partidas de equipos y personal local. El socio local y los beneficiarios aportarán un 5% del presupuesto -los beneficiarios pagan una pequeña porción de los costes de las prótesis- y el 15% restante corre a cargo de otras instituciones públicas y privadas