Desde cada perspectiva, los participantes señalaron “el acierto de la Iglesia valenciana de esta convocatoria de una Mesa por el diálogo social, que lucha por la dignidad de los trabajadores y autónomos, pero en la que también abogamos por la dignidad de los empresarios y empleadores con conciencia social”, y consideraron que “las instituciones públicas deberían alinearse con esta Mesa de diálogo social. Algunos de nuestros sectores necesitamos de la acción protectora del Estado y las licitaciones de las administraciones, como la obra pública, otros necesitamos, sin embargo, que las ayudas vayan a los que somos creadores de empleo, porque si no hay trabajo no hay bienestar social, que sale del mundo de la empresa. Las instituciones de los Gobiernos estatal, autonómico y local deben alinearse con esta puesta en común de búsqueda de salida a la crisis”, y expresaron “incluso acudir a la intermediación de la Iglesia en este diálogo institucional, como uno de los agentes que tanto en la anterior crisis de 2008 como en la presente, están atendiendo a los más vulnerables e incluso descartados”.
Desde la Comisión diocesana, el Arzobispo de Valencia, cardenal Antonio Cañizares, destacó que «hemos aprendido de las auténticas necesidades que afectan a cada uno de los sectores, que no suelen escucharse con esta profundidad. Agradecemos la numerosísima respuesta a esta convocatoria en la que la Iglesia, que ha querido escuchar, se une como agente social más para la recuperación del empleo y la dignidad de la persona. Tenemos implicación directa: poniendo a disposición patrimonio y ayuda económica directa, Cáritas trabajando en red y la “capilaridad” de las parroquias, en las que vamos a canalizar las demandas, aunque tras el análisis de los próximos días, aportaremos los instrumentos finales tras esta reunión en la que nos han aportado sus realidades y demandado nuestra participación”.
Tras hacer públicas las distintas situaciones que atraviesa cada sector, organizaciones y sindicatos consideraron como uno de los retos imprescindibles recuperar y potenciar la formación profesional. “Faltan electricistas, como faltan por ejemplo conductores para el sector del transporte. O existen más de 160.000 hectáreas de cultivo abandonadas. Profesiones de siempre, que están llenas de oportunidades que parecen perdidas, pero que deben recuperarse con una nueva formación especializada, FP que está aparcada de los itinerarios curriculares, a través de educación reglada o de módulos específicos, y también ante la imprescindible transformación digital para la nueva época a la que nos tendremos que adaptar”.
En este sentido el cardenal Cañizares, Gran Canciller de la Universidad Católica de Valencia, y el rector de la misma, José Manuel Pagán, ofrecieron todos los recursos de la UCV a través de la Fundación de FP Marcelino Olaechea, para avanzar en las demandas presentes en la Mesa.
La crisis económica va a azotar especialmente a nuestra Comunidad con un mapa mayoritario de pequeñas y medianas empresas, con falta de capitalización. Se va a resentir especialmente el empleo femenino, con mayor precariedad laboral la amenaza de pensiones más bajas y riesgo de pobreza junto al cambio demográfico”.
Las organizaciones empresariales destacaron la necesidad de no abandonar otras vías urgentes como la transición ecológica, la ética empresarial y la responsabilidad social, y apuntaron la necesidad de que desde las universidades no se abandonen asignaturas como la sostenibilidad o el emprendidurismo y se apueste por la investigación en aplicaciones tecnológicas para favorecer nuevos empleos y acabar con la brecha digital. “Hablamos del futuro de los jóvenes, pero hemos de hablar de presente” y solicitaron “que la Iglesia mantenga a los jóvenes en la conciencia social de que todos somos necesarios, los valores y en la cultura del esfuerzo y la productividad por la que reciben su salario”.
El Cardenal Cañizares señaló que “no somos empleadores pero tenemos colas y queremos redirigir con el deseo de devolver su dignidad, no solo de empleo sino de salario digno, por el bien común”.
A las dos sesiones consecutivas asistieron: CEV (Confederación Empresarial Valenciana), UGT, USO, FEDACOVA (Federación empresarial de Agroalimentación de la CV), FEHV (Federación Empresarial de Hostelería de Valencia), HOSBEC (Asociación Empresarial Hostelera de Benidorm, Costa Blanca y Comunidad Valenciana), CONFECOMERÇ (Patronal del comercio de la CV), ATEVAL (Asociación de Empresarios del Textil de la CV), AEEM (Asociación de Empresarios y Empresas Multiservicios de la CV) y EVAP (Asociación Valenciana de Empresarias y Profesionales de Valencia), CCOO PV, Cámara de Valencia, AVA-ASAJA, ANV(Asociación Naviera Valenciana), AVEMCOP (Asociación Valenciana de Empresarios de Empresarios de Maquinaria, Construcción y Obras Públicas), AVIA (Cluster de Automoción de la CV), AVEP (Asociación Valenciana de Empresarios del Plástico)_, FVET (Federación Valenciana de Empresarios del Transporte y la Logística) y ASELEC (Asociación de Empresas Eléctricas, Telecomunicaciones y Energías Renovables de Valencia).
Por su parte, el obispo auxiliar de Valencia Arturo Ros, recordó que la Iglesia en Valencia “se siente solidaria con todos y cada uno de los afectados por la emergencia sanitaria, que se ha convertido ya en social y desea promover este espacio de encuentro donde aglutinar la opinión y la implicación de los diferentes agentes económicos respecto a la generación de empleo digno, congregar voluntades en la lucha contra el paro y la regeneración social y recoger sus propuestas acerca del papel que ha de desempeñar la Iglesia valenciana en el fomento del trabajo decente, y conocer cómo podemos trabajar conjuntamente Iglesia y el entramado empresarial para hacer frente a la sociedad frágil y desigual que el desempleo está configurando”. De igual forma, el director de Cáritas Diocesana, Ignacio Grande, destaca la importancia de trabajar juntos, los agentes sociales y las empresas, porque “las instituciones tenemos la obligación de abrir caminos de esperanza y dar respuesta conjunta a las personas que hoy, más que nunca, nos necesitan y así seguir garantizando el acceso a los derechos fundamentales como la alimentación, la vivienda y el empleo dignos que vertebran las vidas de las personas y las familias”.
Las inserciones laborales impulsadas por Cáritas han bajado “drásticamente”
Según Ignacio Grande, la situación de crisis generada por la pandemia “agrava una situación difícil que ya veníamos advirtiendo, marcada por una recuperación económica basada en una sociedad frágil por la precariedad y temporalidad de los empleos”. De hecho, si en 2019 Cáritas Valencia lograba 1.218 inserciones laborales con el acompañamiento a más de 3.800 personas sin empleo, las cifras de este año con la pandemia en cuanto a empleos conseguidos bajarán “drásticamente, prácticamente a más de la mitad”, conforme a la previsión que estima José Antonio Manuel, coordinador del Área de Economía de Cáritas Valencia. Por ello, la convocatoria de esta mesa de trabajo es muy oportuna para “el diagnóstico de la situación actual, para escuchar y mantener un diálogo con la gran mayoría de representantes del tejido social y empresarial valenciano, acercarnos a la realidad del mercado y a partir de ahí marcar propuestas y retos”.
Según datos de la entidad caritativa, en 2019 se atendieron a un total de 49.523 personas, a las que se suman 11.528 familias durante los meses de confinamiento por el Estado de Alarma, de las que una de cada tres no había solicitado ayuda con anterioridad a la pandemia. Las peticiones en el confinamiento fueron, fundamentalmente, para necesidades básicas de alimentación y vivienda -alquileres y suministros-, y los perfiles más comunes en las atenciones de las Cáritas parroquiales son familias con hijos (80%); personas que han perdido su empleo o afectadas por ERTE (60%); extranjeros en situación administrativa irregular (más de la mitad); y mujer sola con hijos (42%).
(Fotos. A. Saiz/AVAN)