En la Catedral de Valencia, presidido por el Arzobispo
- Modificación de la fecha de apertura para el inicio del Año Santo en Valencia
- El punto de encuentro será en la plaza de la Almoina, donde se iniciará la procesión hacia la Catedral
El Arzobispo de Valencia, mons. Enrique Benavent ha promulgado el decreto en el que se detallan las disposiciones para la celebración del Año Jubilar 2025 en la archidiócesis de Valencia. Este Año Jubilar se abrirá solemnemente por el papa Francisco en la Basílica de San Pedro el 24 de diciembre y en la diócesis de Valencia el 3 de enero, en una celebración en la Catedral de Valencia que dará comienzo a las 18 h con un acto, ‘collectio’, en la plaza de la Almoina.
Mons. Benavent recuerda en el decreto que en la bula de convocación del Jubileo bajo el título ‘Spes non confundit’ (La esperanza no defrauda) el Papa Francisco insiste “en que no hay que reducir el Año Jubilar sólo a una peregrinación, a ganar la indulgencia y a realizar alguna obra de misericordia sino que nos invita también y, sobre todo, a profundizar en la dimensión espirituaL en la esperanza como virtud teologal que imprime carácter a la vida cristiana”. “Así pues, la esperanza constituye el mensaje central del próximo Jubileo, que se celebrará en el Año del Señor 2025, siendo una ocasión propicia para renovar el compromiso que se deriva de la fe y encontrar nuevas formas de vivir la esperanza en la cotidianidad”, detalla el Arzobispo, quien invita a profundizar en tres dimensiones la celebrativa, la pastoral y la socio-caritativa.
Los elementos esenciales que no deben faltar en las celebraciones jubilares, según detalla el decreto son: “la recepción del perdón en el sacramento de la Penitencia, con un deseo sincero de conversión; la peregrinación; la Eucaristía jubilar en los templos indicados, durante la cual se rezará por las intenciones del Santo Padre; y el gesto de compartir los bienes con una limosna que cada cual decidirá en conciencia y que se destinará a apoyar las actividades caritativas que realizan instituciones eclesiales presentes en la Diócesis y que son expresión de las obras de misericordia que son también obras de esperanza”. En este sentido el Arzobispo invita a que “las obras de misericordia no se limiten a una limosna material y a que intentemos acercarnos a las personas que sufren, de modo que sientan la cercanía amorosa y consoladora de los cristianos, mediante las obras de misericordia corporales o espirituales”.
De hecho, “quien visite a los hermanos que se encuentran en necesidad o en dificultad (enfermos, encarcelados, ancianos en soledad o personas con capacidades diferentes), como realizando una peregrinación hacia Cristo presente en ellos y siguiendo las habituales condiciones espirituales, sacramentales y de oración, habrán realizado una peregrinación jubilar”.
De acuerdo con Cáritas Diocesana y otras instituciones caritativas eclesiales se determinará el destino de las limosnas del Jubileo que se ofrecerán durante las colectas de las misas jubilares. “Se dedicarán a apoyar acciones que sean expresión de las obras de misericordia hacia los más necesitados: comedores sociales, casas de acogida, refugiados, pastoral penitenciaria y programas de refuerzo educativo dirigidos a niños y jóvenes en peligro de exclusión social”.
Templos jubilares
Como establece el decreto los templos jubilares de la diócesis de Valencia serán Catedral de Valencia, la Basílica de Nuestra Señora de los Desamparados, las Colegiatas Asunción de Nuestra Señora de Xátiva y de Gandía y la Colegiata de san Bartolomé Apóstol y San Miguel Arcángel de Valencia.
Como novedad el Arzobispo ha dispuesto que se podrá lucrar la indulgencia jubilar en las iglesias de las poblaciones afectadas por la DANA del pasado mes de octubre “para aquellas personas que, movidas por la caridad cristiana, se acerquen a esas poblaciones para ayudar con alguna obra de misericordia a aquellos que sufren las consecuencias de las riadas y se acerquen a orar en ellas cumpliendo las condiciones requeridas por la Iglesia”.
También serán templos jubilares la Real Iglesia del Salvador de Valencia, en el día de la fiesta de la Dedicación de la Basílica de Letrán y durante los días del novenario del Santísimo Cristo y aquellas iglesias en las que se celebren las 24 horas para el Señor desde el atardecer del día 28 hasta el atardecer del día 29 de marzo. También en las capillas del Seminario de Moncada y del Seminario de Xàtiva, el día en que se celebre el jubileo diocesano de los niños, así como en la parroquia de san Nicolás del Grao de Gandía y en la iglesia de Nuestra Señora del Carmen de la Pobla de Farnals, el día de la Virgen del Carmen y el día de la Asunción de la Virgen, en celebraciones jubilares pensadas para aquellos que pasan su periodo vacacional en la diócesis.
En estos templos, exhorta mons. Benavent, “a que en el horario establecido y cada vez que haya una celebración litúrgica, haya algún sacerdote disponible para acoger a aquellos que individualmente quieran acercarse a recibir la gracia del perdón y de la reconciliación con Dios y para la atención espiritual a los peregrinos. Durante las celebraciones jubilares habrá siempre un sacerdote disponible para la celebración del sacramento de la Penitencia”.
Además los enfermos y todos aquellos que por diversas circunstancias no puedan peregrinar a algún templo jubilar, podrán acogerse al don de la indulgencia siguiendo las normas sobre la concesión de la indulgencia durante el Jubileo ordinario del año 2025. El Arzobispo también invita a vivir este Año Jubilar en las cárceles “invitando a los presos a que dirijan su oración a Dios Padre cada vez que atraviesen la puerta de su celda, que será para ellos como una puerta santa”.
Asimismo, los fieles que participen en misiones populares, ejercicios espirituales o encuentros de formación sobre los textos del Concilio Vaticano II y el Catecismo de la Iglesia Católica que se realicen en las parroquias u otros lugares adecuados podrán conseguir la indulgencia plenaria.
A lo largo de todo el Año Jubilar la Catedral de Valencia acogerá peregrinaciones de las distintas vicarías territoriales y de las diferentes realidades diocesanas.
Signos de esperanza
El Arzobispo recuerda que el papa Francisco ha querido identificar varios signos de esperanza para ser promovidos en el Año Jubilar: “La búsqueda de la paz es una tarea que debe involucrarnos a todos. Otro signo importante es la apertura a la vida y el apoyo a la maternidad y paternidad responsables. La vida como don de Dios, debe ser protegida y promovida, asegurando un entorno donde las familias puedan florecer y contribuir al bien común.
El Papa también destaca la necesidad de ofrecer signos de esperanza a los migrantes, los ancianos, los pobres y los enfermos; haciendo una llamada especial a la generosidad hacia aquellos que carecen de lo necesario para vivir y a la condonación de las deudas de los países más pobres como acto de justicia”.
“La dimensión espiritual debe impregnar la vida de la Iglesia este año, de modo que la esperanza y la confianza en el Evangelio lo impregnen todo. Para ello, deseo que más que iniciativas puntuales, haya signos que estén presentes a lo largo de todo el año, y que incluyan una formación para la auténtica plegaria cristiana que lleva al encuentro con Dios, y así intensificar la vida de oración en parroquias, grupos y comunidades”, detalla el Arzobispo.