El próximo 2 de febrero se celebra la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. Este año bajo el lema “La vida consagrada, parábola de fraternidad en un mundo herido”.

 

El objetivo de esta jornada es ayudar a toda la Iglesia a valorar cada vez más el testimonio de quienes han elegido seguir a Cristo de cerca y dedicar su vida a Él.

¿Cuál es el mensaje de los obispos?

Los obispos de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada dedican esta jornada a estos hombres y mujeres que, en medio de innumerables desafíos, al borde del camino o en el rincón más inhóspito de una barriada cualquiera, se convierten en ayuda para las heridas del mundo.

En la actualidad, los consagrados también ayudan con una mirada especial a personas que experimentan nuevas formas de injusticia, aflicción y desesperanza: los afectados por la COVID-19.

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