FIESTA DE LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR
«La vida consagrada con María, esperanza de un mundo sufriente»
Convocados por el Señor, junto con toda la Iglesia, celebramos la fiesta de la Presentación de Jesús en el Templo. En el pueblo de Israel, la presentación del nuevo hijo en el Templo significaba el primer encuentro cultual de un recién nacido con el Dios de la Salvación. Así, María y José, fieles a la tradición de su pueblo, acercan a su Hijo al Templo para propiciar su encuentro con el Padre. De igual modo, en la liturgia de esta fiesta, la Iglesia, representada por nuestro Obispo diocesano y por todos los fieles que nos acompañan, invita a las personas consagradas a tener un encuentro con el amor de Dios. Los consagrados ofrecen el testimonio vivo de que Dios está presente en todo lugar y época, de que su amor llega a todos los rincones de la tierra y del corazón humano. En esta Jornada, que lleva por lema «La vida consagrada con María, esperanza de un mundo sufriente», renovamos nuestra respuesta a la elección de Dios, y salimos al encuentro del Señor con la luz de la fe, la fuerza de la esperanza y el fuego del amor que el Padre ha encendido en nuestros corazones.