Los “anawines”, sus familias, voluntarios y sacerdotes han compartido talleres, juegos y oraciones
El arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent, presidió ayer, sábado, la misa conclusiva de la octava edición del campamento “Anawin”, en el que han participado 21 personas con discapacidad intelectual en Seminario Mayor de Moncada, donde se ha desarrollado esta iniciativa. Previamente a la misa final en familia, los “anawines” realizaron una ofrenda muy emotiva a la Mare de Déu, por la mañana en la Basílica.
“Hemos viviendo unos días muy bonitos, con los 27 voluntarios que nos ayudan, que han participado en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) y que han venido con el corazón inflamado de amor, y con los ‘anawines’ y sus familias”, explica Carlos Bou, uno de los tres sacerdotes que organiza este campamento, junto con un matrimonio y otros colaboradores.
Las personas con discapacidad intelectual, los “anawines” -que significa en arameo “hombre pobre, cuya riqueza es tener a Dios”- han compartido con sus familias y con los voluntarios y sacerdotes unos días de convivencia y actividades en el Centro de Convivencias Diocesano “Galilea”, dentro del Seminario Mayor.
La alegría, característica fundamental del campamento
Este verano el campamento ha llevado por lema “Has hallado gracia” y, además de contar con los “anawines”, sus familias y los voluntarios, “es una edición especial porque han participado los tres sacerdotes que comenzamos esta aventura en 2014, cuando aún éramos seminaristas: Camilo Ruiz, Jorge López y yo”, señala Carlos Bou.
Tanto los sacerdotes, que han concelebrado las distintas misas y oraciones, como los voluntarios dedicados estos días a los “anawines”, han estado a su servicio en un campamento “que tiene como característica fundamental la alegría y han descubierto juntos que es el signo más evidente de la grandeza de la Fe. Hoy en día la Iglesia, más que nunca, necesita predicar con hechos y no con palabras, y la alegría es la prueba de que Jesús está vivo y que sólo su amor es fuente de vida y vida en abundancia”, destacan los organizadores.
Origen del campamento “Anawin”
Esta iniciativa surgió de la Familia Consolación “formada por laicos que anuncian a Jesucristo a los que padecen cualquier necesidad”; de las comunidades de Fe y Luz Valencia, que centran su labor en familias con hijos que tienen discapacidad intelectual, movimiento que se ha constituido en el Foro de Laicos del Arzobispado bajo la denominación “Puerta del Cielo”; el Cottolengo del Padre Alegre de Valencia, que acoge a personas con discapacidad; además del Seminario Metropolitano “La Inmaculada” y numerosos voluntarios y amigos de diferentes parroquias de la diócesis y carismas.
La primera edición del campamento “Anawin” nació en 2014 a raíz de las Pascuas de servicio que realizaban las Hermanas de la Consolación en comunión con las comunidades de Fe y Luz, con la colaboración de los entonces seminaristas y hoy ya sacerdotes diocesanos Camilo, Jorge y Carlos.