El Santo Padre, a través de El Video del Papa, centra su mirada en el diálogo como “camino para mirar la realidad de una manera nueva, para vivir con pasión los desafíos de la construcción del bien común” y pide frenar la polarización que nos divide. Por ello, invita a rezar para que en nuestras sociedades ya “no queden espacios de enemistad y de guerra”.
 

Ciudad del Vaticano

Ha sido publicado hoy El Video del Papa con la intención de oración que Francisco confía a toda la Iglesia Católica a través de la Red Mundial de Oración del Papa. En este mes de julio, el Santo Padre hace un llamado a convertirnos en “arquitectos del diálogo” y en “arquitectos de la amistad” para solucionar los conflictos y las causas de divisiones que existen en la sociedad y entre las personas.

«Solo a través del diálogo es posible huir de las polarizaciones constantes y de la enemistad social que destruye tantas relaciones», afirma el Pontífice.

En este contexto, Francisco pide rezar para construir el bien común con hombres y mujeres que se tienden la mano el uno al otro, y en especial, siempre del lado de los más pobres y vulnerables.

Dialogar en un mundo polarizado

Aunque en general se puede decir que, a nivel mundial, el número de muertes en guerras viene disminuyendo desde 1946, los conflictos y la violencia a nivel de sociedad siguen más vigentes que nunca. Y aunque a veces no se manifieste de formas físicas, se puede observar una polarización creciente que llega a contaminar muchas relaciones.

Ya lo advertía el Papa en el 2016: “Vemos, por ejemplo, cómo rápidamente el que está a nuestro lado ya no sólo posee el estado de desconocido o inmigrante o refugiado, sino que se convierte en una amenaza; posee el estado de enemigo”. Desde entonces el Pontífice veía con preocupación cómo la polarización y la enemistad era también un “virus” que invadía nuestras formas de pensar, de sentir y de actuar. 

En el mundo de hoy, destaca Francisco, “una parte de la política, la sociedad y los medios se empeñan en crear enemigos para derrotarlos en un juego de poder”. Por eso, hace falta “construir la amistad social tan necesaria para la buena convivencia”, una amistad que nos puede servir como puente para seguir creando una cultura del encuentro, que nos acerca, sobre todo, hacia los que están en las periferias, lo más pobres y vulnerables. 

Dialogar para construir el bien común

En su última encíclica, Fratelli tutti (2020), el Papa dedicó el capítulo sexto al “Diálogo y amistad social”: “El auténtico diálogo social supone la capacidad de respetar el punto de vista del otro aceptando la posibilidad de que encierre algunas convicciones o intereses legítimos” (FT 203). En su intención de julio refuerza esta idea reivindicando el diálogo como la gran oportunidad “para mirar la realidad de una manera nueva, para vivir con pasión los desafíos de la construcción del bien común”.

Tender al diálogo significa romper con la lógica de la polarización para dar lugar al respeto, sin querer destruir al otro. En las diferencias puede haber riqueza, pero si no hay diálogo podemos dejar que se transformen en hostilidad, amenaza y violencia. “Venimos de tierras lejanas, tenemos diferentes costumbres, color de piel, idiomas y condición social; pensamos distinto e incluso celebramos la fe con ritos diversos. Y nada de esto nos hace enemigos, al contrario, es una de nuestras mayores riquezas”, dijo también Francisco hace unos años.

Hombres y mujeres arquitectos de diálogo y de amistad

En este contexto, el padre Frédéric Fornos,SJ, Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, observó que esta intención pone de relieve el énfasis del Santo Padre en que “podamos hacer renacer entre todos un deseo mundial de hermandad” (FT8):

“El diálogo, el auténtico diálogo que no cae en monólogos paralelos, tiene que ser nuestra primera opción para solucionar los conflictos sociales, económicos y políticos. Todos los estudios académicos internacionales enseñan que la polarización ha crecido mucho en los últimos años, hasta en las democracias más firmes. Por eso, ser arquitectos de amistad y de reconciliación – lo que Francisco nos pide – es aún más urgente en el mundo de hoy, donde – como recordó Benedicto XVI en su carta encíclica Caritas in veritate – la sociedad cada vez más globalizada nos hace más cercanos, pero no más hermanos. Esto no depende de nuestras únicas fuerzas por eso es necesario rezar por esta intención. Pedimos a Jesucristo ayudarnos en este camino, Él es el camino para la verdadera amistad social”

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