Hoy, recogemos el testimonio del franciscano valenciano monseñor Juan Oliver, obispo del Vicariato Apostólico peruano de Requena, donde la mitad de la población quedó contagiada por el Covid 19 y la Iglesia sigue e intensifica su labor
VALENCIA, 14 OCT. (AVAN).- Con motivo de la celebración de la Jornada Mundial de las Misiones, el próximo domingo 18 de octubre, este año marcada por el contexto actual de crisis sanitaria y económica por la pandemia, recogemos el testimonio de misioneros valencianos en países de África, Asia y América, en donde la Iglesia está en primera línea en la lucha contra el virus, la pobreza y el hambre.
“Los misioneros necesitan más ayuda que nunca” y la jornada del domingo es una oportunidad para apoyar su trabajo y comprometernos con la misión, según expresan desde la delegación de Misiones del Arzobispado de Valencia.
Hoy recogemos el testimonio del franciscano valenciano monseñor Juan Oliver, obispo del Vicariato Apostólico peruano de Requena, en plena Amazonía peruana, gravemente azotada por el virus, donde la mitad de la población quedó contagiada y la Iglesia sigue e intensifica su labor.
“Nuestro esfuerzo como Iglesia está encaminado a acompañar a la gente y dotarle de medios para realizar los primeros auxilios. Poco a poco ha ido remitiendo la gravedad, aunque esto no quiere decir que vivamos exentos del virus. Seguimos con las medidas de excepción puesto que el peligro no ha desaparecido”, afirma.
“Son casi 8 meses que llevamos en esta situación tan inédita para todos. Para nosotros la oleada más fuerte de contagios fue en los meses de abril, mayo y junio y hemos tenido que aprender, sobre la marcha, a dar soluciones para salir de esta situación”.
Asimismo, otra de las preocupaciones, una vez el coronavirus entra a los hogares es “conseguir medicamentos a un precio razonable. El mercado negro está disparando los precios”, añade.
Signo esperanzador
Aún así monseñor Oliver resalta que “es esperanzador ver cómo surgen movimientos de solidaridad, especialmente de jóvenes con mucho deseo de ayudar”. Y de esta manera, a lo largo de estos meses, el propio obispo, junto a voluntarios, han estado repartiendo alimentos a la población más necesitada .
Sin dejar de lado la labor evangelizadora, para monseñor Oliver dos documentos claves para seguir trabajando son la exhortación apostólica postsinodal “Querida Amazonía” y la reciente encíclica “Fratelli tutti” sobre la fraternidad y la amistad social.
“En este tiempo la pastoral parroquial ha quedado paralizada. La catequesis y la mayoría de las celebraciones no se han realizado aunque nosotros hemos estado retransmitiendo en directo por Facebook la eucaristía desde la parroquia de San Antonio de Padua”. Desde hace dos meses, junto a grupos de profesores y de catequesis, y con estos textos como guía, están trabajando en una pastoral que se centre “en unas relaciones fraternas que nos ayuden a afrontar esta crisis y que podamos salir fortalecidos”.
El Vicariato de Requena, de 82.000 kilómetros cuadrados de extensión, está dividido actualmente en 8 parroquias con una población de 150.000 habitantes.