Ante este tiempo de pandemia
Estimados amigos:
Me dirijo a todos lo que colaboráis con la Vicaría de Cultura y Relaciones Institucionales para orar con vosotros en este tiempo de pandemia. Este mes, me gustaría fijar la atención en la figura de Santo Tomás de Villanueva, el obispo limosnero de la misericordia y un hombre lleno de virtudes. El gran amigo de los más pobres y necesitados. El hombre culto e inteligente de la universidad. La persona orante y contemplativa que, meditando, a través de la Eucaristía, nos descubre la Esperanza de la humanidad.
Os quiero recomendar la figura de Santo Tomás porque pienso que, en tiempos de pandemia, tal y como dice nuestro arzobispo, hay que poner la mirada, como hacía el Santo en la Eucaristía, en el cuerpo y la sangre de Cristo, en el amor de Dios, para descubrir que esto que nos está pasando no es ningún castigo.
Dios ha dejado al hombre libre y a la naturaleza autónoma. Lo que tenemos que hacer, en un momento como el que vivimos, es damos cuenta de la limitación del ser humano y su vulnerabilidad. Hoy estamos y mañana no. Por tanto, debemos
tener una confianza profunda en el Señor de la vida y saber que nuestro caminar no tiene otro sentido que el encuentro definitivo con Él.
Cuando estos días vemos a algu ien enfermar e incluso fallecer a causa del COVID, además de encomendar a esas personas al Señor y pedir su sanación, pidamos
también su salvación. Descubramos que lo más importante para un creyente es el
encuentro definitivo con Él. Esta pandemia nos permite contemplar al Señor de la vida y decirle:
«Sin ti, mi vida no tiene sentido. Sin ti, mi vida sólo espera la muerte. Contigo, no sólo espero la vida, si no la vida eterna».
Esperamos esa vida que traspasa los umbrales de la muerte y lo convierte todo en Esperanza definitiva de vida perdurable.
Un abrazo a todos desde «Contemplación y Cultura».
José Luis Sánchez García
Vicario de Cultura y Relaciones Institucionales Arzobispado de Valencia