Audiencia del Papa Francisco a los participantes en la asamblea plenaria del Dicasterio para la Doctrina de la Fe - 26 de enero de 2024. (Vatican Media)

Francisco recibe a los participantes en la asamblea plenaria del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, a quienes recuerda la tarea principal de «salvaguardar la fe», pero también de anunciarla al mundo de hoy, en el que a menudo es «negada, marginada y ridiculizada»: «Renovaremos solemnemente nuestra fe en el próximo Jubileo». Luego, deteniéndose en el documento Fiducia Supplicans, dice: «Con bendiciones, muestren la cercanía de Dios y de la Iglesia a los que piden ayuda».

Salvatore Cernuzio – Ciudad del Vaticano

Mostrar concretamente la cercanía de Dios y de la Iglesia a quien pide ayuda; no exigir la «perfección moral» para ofrecer una bendición; bendecir a las personas que lo piden y no a la unión. El Papa Francisco aclara las intenciones y los puntos fundamentales de las «bendiciones pastorales y espontáneas» que la declaración Fiducia Supplicans -redactada y publicada por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, con la aprobación del propio Pontífice- autoriza también para las parejas llamadas «irregulares» respecto a la moral católica.

Al recibir en el Palacio Apostólico a los superiores y oficiales del ex Santo Oficio, reunidos para su asamblea plenaria en Roma, el Pontífice en su discurso, hablando de la «evangelización» como tarea de primera importancia para el Dicasterio llamado a «custodiar la fe», dijo que quería «subrayar brevemente dos cosas» sobre el documento doctrinal que ha generado diversas discusiones. En primer lugar, el Papa aclara su intención:

«Mostrar concretamente la cercanía del Señor y de la Iglesia a todos aquellos que, encontrándose en situaciones diversas, piden ayuda para continuar -a veces para comenzar- un camino de fe».

Reflexiones sobre «Fiducia supplicans»

A continuación, el Papa explica: «Estas bendiciones, fuera de cualquier contexto y forma litúrgica, no exigen la perfección moral para ser recibidas». El segundo punto que subraya es que «cuando una pareja se acerca espontáneamente para pedirlas, no se bendice a la unión, sino simplemente a las personas que juntas las han pedido».

«No a la unión, sino a las personas, teniendo en cuenta naturalmente el contexto, las sensibilidades, los lugares donde se vive y las formas más adecuadas de hacerlo».

Compromiso en el ámbito de la «inteligencia de la fe»

Las recomendaciones del Obispo de Roma forman parte del amplio compromiso que el Dicasterio para la Doctrina de la Fe está llamado a llevar a cabo «en el ámbito de la inteligencia de la fe ante los cambios que caracterizan nuestro tiempo». De hecho, son muchas las tareas que incumben al Dicasterio, dentro del cual se han creado, con el motu proprio «Fidem servare», dos Secciones distintas: la Sección Doctrinal y la Sección Disciplinar. Esta medida, explicó el Pontífice, recordando la carta enviada al Prefecto, el cardenal Víctor Manuel Fernández, con motivo de su nombramiento el 1 de julio de 2023, se puso en marcha para «definir mejor» el encargo del propio Prefecto y la misión del Dicasterio.

Por un lado, «subrayé la importancia de la presencia de profesionales competentes en el seno de la Sección Disciplinar, para asegurar el cuidado y el rigor en la aplicación de la legislación canónica vigente, en particular en el tratamiento de los casos de abusos de menores por parte de clérigos, y para promover iniciativas de formación canónica de los ordinarios y de los operadores jurídicos», explicó el Papa.

Por otra parte, añadió, «he insistido en la urgencia de dar más espacio y atención al ámbito propio de la Sección Doctrinal, donde no faltan teólogos preparados y personal cualificado, también para el trabajo en la Oficina Matrimonial y en el Archivo». Una oficina que, recordó el Papa, celebra el 25 aniversario de su apertura al público por Juan Pablo II y el entonces cardenal prefecto Joseph Ratzinger en vísperas del Jubileo del año 2000.

Profetas de vida nueva y testigos de la caridad

Tres son, pues, las coordenadas que el Papa ofrece a los miembros de la Doctrina de la Fe: «Sacramentos, dignidad y fe». Sacramentos, gracias a los cuales «se alimenta y crece la vida de la Iglesia», dice el Papa Francisco. Por eso, subraya, «se requiere un cuidado especial de los ministros al administrarlos y al revelar a los fieles los tesoros de gracia que comunican».

«A través de los sacramentos, los creyentes se hacen capaces de profecía y testimonio. Y nuestro tiempo tiene una necesidad particularmente urgente de profetas de vida nueva y de testigos de la caridad: ¡amemos, pues, y hagamos amar la belleza y la fuerza salvífica de los Sacramentos!».

Un próximo documento sobre la dignidad humana

La segunda palabra es dignidad, entendida como «primacía de la persona humana y defensa de su dignidad más allá de cualquier circunstancia». El Dicasterio está trabajando en un documento sobre este tema, dice el Papa, acompañando el anuncio con el deseo de que este próximo texto «nos ayude, como Iglesia, a estar siempre cerca de todos aquellos que, sin proclamas, en la vida concreta de cada día, luchan y se desviven por defender los derechos de los que no cuentan». Y también para que, «frente a las diversas formas actuales de eliminar o ignorar a los demás, seamos capaces de reaccionar con un nuevo sueño de fraternidad y amistad social que no se limite a las palabras».

Anunciar la fe y comunicarla a los jóvenes

Por último, el Papa se detiene en el tema de la fe. Aquella que, como ha dicho Benedicto XVI, en vastas zonas del planeta hoy «ya no constituye un presupuesto evidente de la vida común, es más, a menudo incluso es negada, escarnecida, marginada y ridiculizada». En esta perspectiva, el Pontífice pide un nuevo impulso en el anuncio y la comunicación de la fe en el mundo actual, en particular para las nuevas generaciones. En este sentido, recuerda el recién cumplido décimo aniversario de la exhortación apostólica Evangelii gaudium y el inminente Jubileo.

Esta «nueva evangelización» debe ir acompañada de «la conversión misionera de las estructuras eclesiales y de los agentes pastorales; de las nuevas culturas urbanas, con su carga de desafíos, pero también de inéditas cuestiones de sentido». Por último y sobre todo, dice el Obispo de Roma, «la centralidad del kerigma en la vida y en la misión de la Iglesia». Y aquí se espera la «ayuda» del Dicasterio para la Doctrina de la Fe.

«Custodiar la fe» se traduce hoy en un compromiso de reflexión y discernimiento, para que toda la comunidad se esfuerce por una verdadera conversión pastoral y misionera kerigmática, que pueda ayudar también al camino sinodal en curso.

«Lo que para nosotros es esencial, lo más bello, lo más atractivo y al mismo tiempo lo más necesario es la fe en Cristo Jesús», concluye el Papa Francisco. «Todos juntos, si Dios quiere, la renovaremos solemnemente durante el próximo Jubileo y cada uno de nosotros está llamado a anunciarla a todos los hombres y mujeres de la tierra».

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